Percepciones

A Rodo le gusta cuquear con mis conceptos. Es una relación donde la pelea no nos aleja, nos nutre. Siempre son más los puntos en que coincidimos que los que nos distancian. Y además es una relación gradual en la curiosidad de cómo entendemos nuestras experiencias de vida. Cada vez más sana y menos competitiva. Reconoce cada vez más que somos individuos. Inclusive debo reconocer un progreso significativo en la interacción con ese mundo real del que tanto le gusta hablar.
Terminado el día de trabajo, y no quiero omitir el cumple de Lily (almuerzo espectacular de varios comensales, cake en pared incluido), como dijo Esther, “hoy podemos decir que somos la Gran Familia”. Se me ocurre decir además que está muerto el que no le quiera entrar a la tecnología, que el que no reconozca su importancia está muy jodido y salta Rodo como perturbado, casi negando la importancia de lo que es este conjunto de técnicas. El Internet y las diferentes aplicaciones que especula una simple computadora y todos estos dispositivos de moda, están para detenerse en ellos.
Despierta muchacho, wake up, cito el reconocimiento que le hace a su querida esposa, que si no fuera una “experta”, como bien dice, estuviera frito. Por supuesto, hay generaciones fraccionadas por la edad y el fenómeno como tal, pero hay unos cuantos “escapados”, por eso de que hay que estar arriba de la bola. Pero de verdad.
La gente está dormida, vivimos en el futuro. Cúmulo de información navegando y desbordándose a ritmo de tsunami y no podemos estar de espaldas o escépticos a la libertad globalizada que representan Internet y sus aledañas ciudades.
Se me ocurra lo que se me ocurra, está en Internet. Creación a partir de recursos abiertos al estilo del cliente. La tierra resumida en tu tiempo. En ti.
Es una nueva forma de vida. Es un fenómeno esencialmente completo. Con todo el respeto merecido a la televisión y al teléfono y a todos los respetos. Dile sí al Internet. Dile sí a los programas con los que trabajas, dale cariño a ese programa para que fluya en ti, curiosea tus días, para que los explotes al máximo, para que sean más agradables tus horas de trabajo, tus horas de esparcimiento. Esas, tus horas cuadradas, tu tiempo de vida en el infinito ordenador.